Nos despertamos, nos duchamos, desayunamos, cogemos el autobús, metro, etc… trabajamos, comemos, vemos la televisión y dormimos, y así todos los días laborables…
Dentro de esta rutina es fácil encontrar la “calma” porque estamos dentro de espacios “controlados” pero…. ¿qué pasa cuando sucede algún acontecimiento imprevisible? Ya sea traumático o que se sale de nuestros esquemas del día a día.
En estas ocasiones solemos perder el control, la paciencia y la calma y lo pasamos mal. Es aquí donde debemos intentar usar nuestra consciencia para que todo el trabajo realizado sobre nuestro interior tanto en el hatha yoga como en la meditación aparezca en nuestra ayuda y no nos dejemos llevar por emociones negativas que poco o nada nos van a ayudar en momentos difíciles.
Esta afirmación que acabo de citar tan fácilmente, a mi entender es de las cosas más complicadas de realizar pero no por ello debemos abandonarnos a la inercia de la desesperación y debemos tomar las riendas de nuestra mente.
Namasté.